De pequeño madrugaba para ponerme a escribir en una vieja Olivetti. Ahora, no gano para reparar despertadores. Pero adoro aún más que entonces ponerme delante de un papel en blanco y plasmar mis sueños. Que no pesadillas con zombis.
Estudié periodismo y empecé a generar contenidos en HTML en otro milenio. Era escribir, comunicar, escribir. Pero llegaron para quedarse infinitas web y una tal Google que posicionaba según intenciones de búsqueda. Así que tocó empaparse de SEO, de SEM, de redes sociales. Hasta evolucionar a un perfil de marketing digital todoterreno.
Y, sin embargo, mi objetivo no ha cambiado: hacer llegar el mensaje más adecuado. ¿Quieres descubrirlo?